TRABAJO COMO ACTRIZ - Las Criadas

Diario La Nacion- Viernes 16 de Julio de 2004
Endeble propuesta de una obra provocadora
"Las criadas", de Jean Genet. Intérpretes: Camila Mac Lennan, Silvia Oleksikiw, Ruth Dobel. Escenografía e iluminación: Escenoiluminantes. Vestuario: Jorge Orlando. Diseño sonoro: Nicolás Diab. Asesoramiento literario: Beatriz Rotundo. Asistente de escena: Mariano Poggi. Asistente de dirección: Renata Dallaglio. Dirección y puesta en escena: Marta Riveros. En Espacio Ecléctico, Humberto I 730. Funciones: sábados, a las 21.30. Nuestra opinión: regular

Jean Genet concibió "Las criadas" a partir de una historia policial real. Dos hermanas francesas, Christine y Léa Papin, mataron a sus patronas de manera desaforada y luego se acostaron a dormir en la cama que ellas ocupaban. La historia sucedió en 1933 y, aproximadamente 15 años después, el autor estrenó su obra en París y provocó un interés que se prolonga hasta hoy. Su texto expresa una profunda vitalidad y el mundo de Clara y Solange (tal como llama Genet a sus personajes en la ficción) se cristaliza en cada nueva puesta en escena, que siempre intenta algunas variantes. En esta oportunidad, la directora Marta Riveros decide volver al caso policial e intentar descubrir cómo serían exactamente aquellas hermanas Papin y lo que dirían sobre su crimen. La obra original se mantiene casi intacta, pero se agregan algunos textos, que en ciertos aspectos terminan complicando la estructura del espectáculo y quitándole potencia al conflictivo mundo privado de cada personaje. La versión que intenta Riveros parecería no tener en cuenta el tiempo de la obra original; no cruza verdaderamente ese texto con su propuesta; no sintetiza su voz y su pensamiento con los que corresponden al autor. "Las criadas" es un texto magnífico que sólo requiere de tres buenos actores (el autor pide que sea interpretada por hombres) o actrices, que puedan entrar y salir de un juego que les impone trabajar el presente y también sus fantasías. Ingresar en ese espacio no es fácil, pero cuando se logra, se atrapa al espectador hasta promoverle una profunda conmoción. Marta Riveros no sólo complica el texto, sino que a la vez no cuenta con intérpretes con capacidad suficiente como para llevar adelante el proyecto. Las actuaciones
Camila Mac Lennan (Clara) no termina de acomodarse a su papel cuando juega a ser la señora y, por lo tanto, su interpretación es muy poco convincente. Ruth Dobel (la señora) sólo se apoya en un estereotipo muy formal de mujer aristócrata, por lo que sus textos no logran provocar un certero crecimiento de la acción; no tienen dimensión. Silvia Oleksikiw (Solange) es la única que sostiene una máscara impecable a lo largo de la representación. Pero la pierde sobre el final, cuando deja de ser Solange para convertirse en la otra hermana Papin. Su monólogo no aporta demasiado a la historia: la prolonga innecesariamente y no sostiene ese texto porque le requiere una energía que no se corresponde con la que venía modificándola al cabo de su interpretación. Es un forzado agregado que la descoloca. Es muy atractivo el trabajo sobre el espacio escénico y aun la síntesis escenográfica que se obtiene. Lamentablemente, la propuesta no llega a resultar provocadora, como pretendía el autor. Carlos Pacheco. Diario La Nacion.